26 Jun Ghosting: la manera más cruel de acabar con una relación
Hoy vamos a hablar del fenómeno del famoso «ghosting» que cada vez comentan más personas en consulta…
Muchos cambios han acontecido en esta nueva era digital. Sobre todo, a nivel relacional. El mundo de las redes sociales, de los nuevos métodos de comunicación online, ha cambiado para siempre nuestra manera de relacionarnos. Ahora, todos los vínculos que establecemos con los demás tienen un alto componente cibernético. Son más complejos, diferentes, porque lo que antes suponía conversaciones cara a cara, en persona o a través de una llamada telefónica, ahora tiene múltiples variantes: utilizamos mensajes de texto, actualizaciones de estado, emoticonos, memes y gifs para expresar nuestras emociones. No solo eso, sino que nuestro lenguaje también se ha transformado; incluso se ha vuelto más pobre, limitado a unos cuantos caracteres que a veces no son capaces de plasmar significados complejos o completos de lo que deseamos expresar.
La tecnología como forma de relacionarnos
Estas redes, por tanto, ya no son solamente un medio de comunicación, sino que se han transformado en toda una forma de vida. Un modo de dejarse ver, expresar quiénes somos, nuestros deseos, hábitos, gustos y costumbres.
Y en esta época en la que muchas relaciones de pareja comienzan a través de aplicaciones de contactos o de intercambios rápidos de mensajes, también han aparecido fenómenos propios. El más significativo y doloroso de todos ellos es lo que los anglosajones han denominado “ghosting”, palabra que podríamos traducir como “convertirse en un fantasma” (o más coloquialmente: Hacerse la sueca).
Quizás hayas sido víctima del ghosting en alguna ocasión y ni siquiera lo sabías o no fuiste capaz de ponerle nombre. Conoces a alguien, intercambias números de teléfono, tienes un par de citas que parecen ir bien e incluso puede que empieces una relación. Pero, de repente, sin preverlo, esa mujer que tanto prometía, desaparece, se queda callada. Se hace el silencio.
Esta manera de acabar una relación o una potencial relación de la noche a la mañana, cortando todo tipo de comunicación, se está convirtiendo una práctica tan común como dolorosa y cada vez más personas tienen que hacerle frente, sin encontrar respuestas o motivos por los cuales todo se acabó de golpe.
Las personas que practican el ghosting o son víctimas de este inesperado silencio no se paran a pensar en las consecuencias psicológicas que conlleva.
Por un lado, la víctima de este silencio puede ver su autoestima muy dañada y hacer frente al período de duelo de romper una relación sin tener todas las respuestas sobre los motivos de esta ruptura. Por otro lado, la persona que hace ghosting podría tener remordimientos o sentimientos de culpa, sobre todo si se trata de una relación ya consolidada.
¿Y por qué aparece el ghosting?
El ghosting no es más que otra manera de aprovechar la tecnología para evitar a toda costa un enfrentamiento o una situación incómoda. La persona que lo hace se vuelve egoísta y evitativa, tiene miedo al conflicto, y prefiere ocultarse tras una pantalla. Es como si las pantallas hicieran de barrera protectora, consiguiendo que sea más sencillo acabar una relación sin tener que pasar por el trago del contacto interpersonal.
Las nuevas tecnologías nos han acostumbrado a “deshacernos” de la gente de una manera fácil y rápida: basta con permanecer en silencio, no contestar e ignorar a la persona y sus sentimientos. El ghosting consigue que desaparezca toda empatía hacia la pareja, que se busque la satisfacción inmediata y se pierda la capacidad de manejar momentos difíciles en nuestras relaciones.
Hay muchas practicantes del ghosting que no son ni siquiera conscientes del daño que hacen con esta actitud de rechazo pasivo. Se olvidan de que en más ocasiones que menos el ghosting solo consigue alargar el proceso de duelo ante una ruptura. Si la mujer a la que quieres evita comunicarse contigo y continúa con su vida como si no hubiera pasado nada, esto provoca que el duelo sea más complicado.
No obstante, aunque duela, la víctima del ghosting debe asumir que es muy probable que esa relación nunca tendrá el cierre deseado. Todas buscamos un cierre cuando una historia se acaba, pero hay personas que por vergüenza, desesperación, cobardía o pereza, no están dispuestas a dárnoslo.
¿Qué podemos hacer para reponernos del ghosting?
Lo mejor que puedes hacer es evitar tratar de contactarla para pedirle explicaciones. Incluso si las mereces o crees que es injusto, es preferible asumir que la historia ha acabado y evitar ponernos excusas (“a lo mejor ha perdido el móvil”, “a lo mejor está ocupada”). Evita llamarla o cualquier contacto con ella porque, hacerlo, solo conseguirá que tu autoestima se vaya resintiendo todavía más.
Haz el esfuerzo de considerar esa relación como “terminada”. Es extremadamente doloroso tener que abandonar una relación sin explicación alguna, pero cuanto menos contacto tengas con ella o con la situación, más rápido superarás el abandono y la falta de comunicación. Evita caer en comportamientos obsesivos de buscar respuestas en tu propia mente porque no eres capaz de encontrarlas en la persona que debería dártelas. Las dudas, los intentos de racionalizar lo irracional solo conseguirán que te sientas peor.
Finalmente, valídate a ti misma. Concédete un período de duelo, de llantos y de exteriorizar todo ese dolor e incomprensión que sientes. Pero no permitas que esta fase se eternice. Úsala para canalizar y limpiar tus emociones negativas para después convertir este período de dolor en un aprendizaje. El abandono provoca heridas y más si sucede sin explicación alguna, pero tienes las herramientas en tu interior para sobreponerte a él.
Además, no existe ninguna ley escrita de que alguien nos debe explicaciones si cortan con nosotras. Por supuesto, está el sentido de la ética, el cariño y el respeto, pero no todo el mundo concede importancia a estas cualidades y debemos respetar si la otra decide seguir con su vida y no decirte por qué. Justamente esta falta de cualidades es la que deberías recordarte para olvidar a alguien que no ha estado a la altura de tus principios.
Los fantasmas (ghosts) son de un estado gaseoso, búscate a alguien sólido.
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