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La dependencia emocional en parejas de mujeres

 

Al comenzar una relación, el amor puede convertirse en algo tan pleno que enmascare otras muchas cosas. Todo es, como en las canciones de La casa azul, tan nuevo y tan genial, que ciertos aspectos de la dinámica que tenemos con la otra persona pasan desapercibidos, y esto incluye una dependencia emocional hacia tu pareja que puede hacernos infelices en muchos aspectos.

La dependencia emocional supone dejar en manos de tu pareja toda tu felicidad, dependiendo de ella para sentirnos bien. Es un control total sobre las emociones, y un desapego a las cosas que conseguimos por nosotras mismas, o las alegrías que pueden suponernos otras personas de nuestra vida. Este dominio de otra persona sobre la satisfacción de nuestra propia vida impide, además, que conformemos conexiones emocionales con otras personas, lo que significa que podemos sentirnos atrapadas ante esta situación. Además, nuestra relación sentimental tampoco nos llena: el temor que tenemos a expresar nuestras necesidades con nuestra pareja puede suponernos una insatisfacción crónica que, sumada a la imposibilidad de sentirnos plenas por nosotras mismas, puede sumirnos en un vacío.

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Una de las claves recae sobre nuestra propia autoestima. Si somos conscientes de lo que valemos, de lo que somos capaces, y de que nuestra felicidad no constituye la aprobación incansable de la persona que tenemos al lado, es improbable que valoremos su aceptación más que la nuestra propia. Otra, como no, pasa por una comunicación fluída con nuestra compañera, que nos haga comprender como equipo que estamos ahí para apoyarnos, no para competir por nuestra aceptación. 

Pero, ¿qué sucede si nos dejamos arrastrar por la dependencia emocional?

Hay un refrán que reza «más vale malo conocido que bueno por conocer«. Si me preguntas, es uno de los peores consejos que alguien podría darte. Tener una pareja supone que nuestra vida es mejor con ella que solas, pero vivir encadenada a alguien solamente por el hecho de estar acompañada físicamente no es algo que nos beneficie, sino todo lo contrario. Mantener una relación con una mujer que ya no te gusta, pero a la que no quieres renunciar, además de ser egoísta, no va a reportarte ningún beneficio ni a corto ni a largo plazo. «Mejor sola que mal acompañada» sería más adecuado en esta situación. Hay que vencer el miedo a quedarse sola, algo que también influye en la dependencia emocional que tengamos hacia nuestras parejas, para obtener un equilibrio emocional que nos permita ser felices con la única persona que nos va a acompañar toda la vida: nosotras mismas.

PD: Si quieres superar la dependencia emocional no dudes en escribirme y nos pondremos manos a la obra para reforzar tu autoestima y sentirte más libre de tus propios miedos. La dependencia emocional en las relaciones de pareja entre mujeres es muy típica. ¡Aprende a gestionarla para que el amor sea libertad y no anclaje!

Paula Alcaide
info@palcaide.com

Soy Paula Alcaide, psicóloga especializada en atender a mujeres lesbianas y bisexuales que buscan convertir en una fortaleza su orientación sexual y disfrutar libremente de sus relaciones con otras mujeres sin miedos, ansiedad, vergüenza o culpa.

1 Comment
  • claudia
    Posted at 13:40h, 20 febrero Responder

    Tus articulos son muy buenos ! gracias
    Desde Argentina Claudia

     

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