26 Feb La orientación sexual como chantaje
Te pidió que no dijeras nada de que te gustaban las mujeres. Te pidió que ocultaras a tu novia. Te mandó una señal clara de que ese tema ya no se hablaba más en su casa. Te hizo sentir culpable. Te recordó todo lo que podrías perder en caso de exponerte como lesbiana. Chantajes y más chantajes emocionales, por parte de la familia, del entorno, de una pareja…
¿Y sabes cual es el mayor problema? No reconocerlos como tal. Integrarlos en tu vida como algo que está bien, que puedes aceptar y vivir con ello, y no como lo que son: una manipulación psicológica en toda regla. Una forma de control donde los deseos de los demás se imponen a tus necesidades.
Y así, sin que los reconozcamos, se cuelan dentro de nosotras como un virus que nos domina, y que nos hace retroceder en contra de lo que nos hace bien, que suele ser, nada más y nada menos, que vivir con tranquilidad y libertad lo que somos. Porque los chantajes de por sí están mal, pero cuando son en contra de lo que una es, de la propia identidad, duelen el doble y son mucho más perversos.
Así que la respuesta es NO. Aprendamos a reconocerlos y digamos, con toda la legitimidad del mundo, NO. Decir claramente:
- No acepto tus imposiciones.
- No acepto tus miedos e inseguridades proyectadas en mí.
- Tu falsa sensación de que me proteges haciéndome bloquear u ocultar lo que soy.
- No acepto esa forma de control.
Ser lesbiana o bisexual, en definitiva, que te gusten las mujeres y no seas una persona heterosexual, no es algo que tengas que llevar a escondidas, y muchísimo menos algo de lo que tengas que avergonzarte. Muchas veces nuestros seres queridos creen que serás más feliz si cambias, o al menos si intentas llevarlo en secreto, pero créeme: no hay nada mas satisfactorio que ser una misma en todos los aspectos y contextos de la vida. Si has vivido esta situación y crees que no vas a poder vivir feliz y sin estigmas escríbeme a info@palcaide.com. Yo puedo ayudarte.
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