Salir del armario: ¡No vuelvas a entrar!

 

Salir del armario

Hemos recibido una consulta que decía algo así: «¿qué hacemos cuando nos volvemos a meter en el armario?«. «¿Qué hacemos cuando después de haber salido del armario con la familia, nuestros padres y sobre todo nuestra madre actúa como si no le hubiéramos dicho nada?» Con silencio, sin indagar en cómo estamos, en qué relaciones estamos manteniendo, en nuestra emocionalidad, etc. «¿Qué hacemos cuando nos convertimos en cómplices de ese silencio, y el tema de nuestra orientación sexual vuelve a estar dentro del armario, vuelve a ser un tabú?».

Hablar de la orientación sexual de alguien, salir del armario, no sólo es sexualidad, sino también son emociones y sentimientos.

Primero de todo, hay que entender que la homofobia no sólo es esa homofobia manifiesta que se transmite a través de comentarios negativos, sino que también puede ser una homofobia sutil. El hecho de que no hablen del tema, y que, específicamente en este caso, tu madre no saque este tema, no te pregunte, no indague en cómo estás, también forma parte de esa homofobia sutil, ya que está interpretando que la orientación sexual tiene algo de secretismo, tabú, etc. No está tratando una parte importante de tu vida con naturalidad o como lo que realmente es: tu estado civil, tu afectividad, quién te gusta y con quién vas a compartir en un futuro tu vida o vas a tener ese tipo de relación. Por lo tanto: ¡cuidado con no ser cómplices de una homofobia familiar callando sobre algo tan importante en tu vida!

En segundo lugar, basta de sacrificios por nuestras madres. Es decir, ellas están aquí haciendo una función de protección, de cuidado. Ojo, porque ellas son las que más daño nos pueden hacer en ese sentido y las que tienen que, en un momento determinado, saber que tienen un peso muy importante en nuestras vidas y que no pueden seguir actuando o tratando un tema tan crucial como la orientación sexual como algo que se pueda evitar y que vaya a desaparecer durante nuestra vida, porque no es así. Es decir, igual que no se elige, igual no es algo que puedas influenciar a otra persona, es algo que se mantiene estable a lo largo de la vida y hay que hablar de ello como cualquier otro tema.

Y en tercer lugar, yo te recomendaría que, antes de salir del armario, hablaras con ellos directamente de una forma asertiva e incluso utilizando estrategias de empatía, es decir, le puedes decir a tu madre directamente: «Mamá, ¿te imaginas si yo a partir de ahora no dijera ni una palabra de papá?». Es decir: «Mamá, ¿te imaginas que tuvieras que ocultar durante toda tu vida una relación con la persona a la que quieres?» ¿Verdad que es eso impensable?. ¿Entonces cómo se atreven a condicionarnos a guardar como si fuera tabú o un secreto algo que forma parte de quiénes somos y de nuestra forma de vivir la afectividad? Nosotras no nos atreveríamos a pedirle eso a alguien heterosexual, porque es, como poco, una crueldad.

Por lo tanto: vuelve a salir del armario. Saliste una primera vez, por favor hazte el favor de no volver a entrar. Habla de ello con tu familia y no retrocedas: ni un paso atrás.
Muchas gracias por escribirnos y espero haberte ayudado.

Un saludo y no dudes en escribirme a info@palcaide.com para que ayude a tu familia a dejar de tener homofobia sutil.

Paula Alcaide
info@palcaide.com

Soy Paula Alcaide, psicóloga especializada en atender a mujeres lesbianas y bisexuales que buscan convertir en una fortaleza su orientación sexual y disfrutar libremente de sus relaciones con otras mujeres sin miedos, ansiedad, vergüenza o culpa.

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