13 Feb Yo no miento: sólo oculto, evito y controlo toda la información para que no me critiquen
Hoy vengo con una verdad incómoda, que como psicóloga lgbt creo que tengo que decirte. Estás estafando al personal. Y por personal me refiero a tu madre, a tu peluquera, a tu compañero de trabajo, al tío del quiosco, a tu jefa,…
Mentiras y más mentiras.
Y me dirás, ¡qué dramática!
No son mentiras, sólo “obvio información crucial de mi vida”.
“Lo hago por mi propia seguridad.
Por mi felicidad.
Por tranquilidad.”
Lo siento, hoy no te paso ni una.
He venido con las pilas puestas a desmontarte esas creencias una por una.
Si hoy no deseas que te den caña, no sigas leyendo.
¿Por Seguridad?
Si vives en España tienes toda la seguridad jurídica del mundo a tu favor. Los delitos de odio por orientación sexual están recogidos y penados por el código penal. Si además estás en Cataluña, tienes la Ley Contra la Homofobia que te protege como en ningún otro lugar del mundo.
Espera, que lo repito.
¡Como en ningún otro lugar del mundo!
Básicamente lo novedoso de la ley es que si denuncias a alguien por homófobo, es de esa persona la responsabilidad de demostrar que no es así.
Esta ley es bastante chula, ¿verdad?
Puedes leer más sobre la Ley AQUÍ.
¿Por Felicidad?
¿Acaso eres más feliz con el lastre de los secretos? Los secretos pesan.
Tener que esconder una parte de ti tan fundamental y no poder compartir con tu gente, con los tuyos, las cosas que te hacen feliz, lo que te hace llorar y también lo que te hace soñar es muy doloroso.
¿Por Tranquilidad?
No creo que estés muy tranquila si estás hipervigilante en público por el “qué dirán”. Tampoco creo que te produzca mucha paz tener que recordar hasta qué punto le contaste cada cosa y a quién. Controlar la información te saca mucha energía. Y produce de todo menos tranquilidad.
La felicidad, la tranquilidad, es pasear de la mano de quién quieres. Hablar de cómo te sientes con la gente que te importa. Compartir tus anécdotas, no editadas con nombres masculinos o con el apelativo “mi pareja”, con compañeros del trabajo, tu peluquera, el del quiosco, conocidos y desconocidos que se cruzan en tu vida.
Si no compartes y eres 100% tú misma con naturalidad, tiene un coste en tu autoestima. Tiene una repercusión en tus principios y en tu lealtad hacia ti misma. Y quizás también tiene una repercusión negativa si mantienes una relación con una mujer.
Controlar la información te está esclavizando.
Yo quiero que vueles libre.
Por eso te propongo 3 alternativas:
A) Que vengas a verme a mi despacho en Barcelona y trabajamos tu homofobia interiorizada: miedos, preocupaciones, el porqué de ese control de la información.
B) Que hagamos algunas sesiones por Skype. Lo mismo que en el punto anterior pero de forma Online, estés donde estés del mundo.
C) Que te unas al Grupo Gaviotas de crecimiento personal.
Escríbeme a info@palcaide.com y cuéntame qué has decidido hacer al respecto.
Quiero ayudarte. Pero para ello tienes que querer el cambio tú primero.
Los obstáculos económicos son negociables, los obstáculos personales que tienes para librarte de ese peso que llevas desde hace tiempo son justamente los que trabajaremos.
Estoy a tu disposición. ¿Empezamos?
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