19 Feb Lesbianas con doble vida
Sonia vivía en la ciudad desde hacía 7 años. Se fue a vivir allí con la excusa de los estudios, pero en realidad lo que necesitaba era escapar de un pueblo que se le antojaba pequeño y chismoso. En el pueblo se sentía pequeña, controlada, esclava de una herencia familiar y de conocidos demasiado desconocidos que pretendían conocerla.
Cuando llegó a la ciudad empezó a darse permiso para explorar quién era, expandir sus límites y encontrarse con personas afines que la conocieran de verdad. Y ese proceso no fue fácil, pero sí toda una aventura de descubrimiento.Al cabo de los años había llegado a la clara conclusión que le gustaban las mujeres. Había salido de fiesta, había hecho amigas, se había enamorado.
Y ahora tenía novia. No esa de la que se había enamorado la primera vez. Otra.
Al poco se había ido a vivir con ella (lesbian style) y ahora ya llevaban bastante tiempo conviviendo. Tenían un perro en común y lo paseaban sin ningún tipo de vergüenza/homofobia dándose de la mano por la calle de su barrio.
Y Hasta aquí todo muy normal. El problema era que Sonia cuando volvía al pueblo de visita se transformaba. Y lo hacía totalmente. Su novia perdía a su novia. Se comportaba de manera totalmente hermética con la familia y sus “amistades” de allí no conocían a penas nada de su vida real. Creían que era una adicta al trabajo porque nunca hablaba de su vida personal.
¡Boom! Os presento a la lesbiana doble vida. Lesbofobia interiorizada selectiva geográficamente.
¿Os suena?
Pues es un auténtico hastío vivir así. Una especie de disociación pesada que genera mucho sufrimiento y que requiere grandes dosis de autocontrol, hipervigilancia y ansiedad.
Todo proviene de un miedo a perder el estatus, los lazos afectivos y la extraña sensación de que para vivir en el pueblo tienes que ser heterosexual o si no te echan.
¿Y la verdad? No es justo. Se parece a una vida de espías rusos. A una heterosexual con un amante. A un marido con dos familias. Pero la diferencia es que en estos casos lo eligieron. Y aquí hablamos de lesbofobia interiorizada. Mensajes sociales que nos han esclavizado imponiéndonos heterosexualidad obligatoria.
Miriam
Posted at 14:08h, 20 febreroMe encanta como expresas esta historia. Lo has hecho de una forma tan sencilla y real, que me ha hecho tener presente a una amiga que lo vive tal como describes. Gracias Paula. Un Saludo
Paula Alcaide
Posted at 19:11h, 27 marzoGracias a ti Miriam! Un abrazo!
Martina
Posted at 21:52h, 21 marzoMi novia, todavía testigo de jehova, así lo vive con su familia. Ha conseguido salir del armario con sus amigas cercanas, pero el resto otra historia es…
Paula Alcaide
Posted at 19:10h, 27 marzoTe recomiendo para tu novia que lea a Miriam Beizana que pasó por un proceso similar. Un abrazo,
Rene
Posted at 19:31h, 26 marzoHola, soy una chica que desgraciadamente vive esto, con mi familia y con casi el 100% de mis amistades previas a que yo me redescrubiera como lesbiana. es cierto que trato en cada sitio nuevo que voy, trabajo o nuevas amistades mostrarme tal como soy, sin embargo con «mi vida anterior» es imposible. Mi pareja trata de apoyarme pero se que tras dos años y medio le pesa mucho no conocer de forma autentica a mi familia.. no se como se vive con esto… porque me esta matando poco a poco
Paula Alcaide
Posted at 19:09h, 27 marzoPues tal y como dices, es una situación injusta a la que las personas heterosexuales no deben enfrentarse. Al final la pregunta clave es valorar hasta qué punto el miedo al abandono /rechazo/ser juzgada pesa más a la tranquilidad de ser quién eres sin tener que censurar una parte fundamental de tu vida. Sé que es duro, pero es un proceso de auto-legitimarte y validar que tienes derechos y que nadie, por mucho que sea tu familia, puede arrebatártelos. Un abrazo!
Leticia Miranda
Posted at 18:38h, 30 marzoTips para reafirmar positivamente una relación, llevamos 8 años juntas pero por el momento sólo ella lleva los gastos y además tiene un hijo de 18 años, el soló estudia!!