18 Sep ¿Por qué no sales del armario en el hospital donde trabajas?
¿Qué está pasando con las lesbianas médicas y sanitarias? Últimamente tengo la consulta llena de profesionales sanitarios: médicos, anestesistas y enfermeras. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no sales del armario en el hospital donde trabajas? Después de muchas conversaciones me he dado cuenta del inmenso disfraz que las profesionales cargan porque en los hospitales «no se habla de la vida personal». Es algo que a simple vista puede tener lógica pero que de fondo esconde una reflexión tóxica:
Si nadie habla de su vida personal estoy protegida y no tengo que «exponer» ni se va a «divulgar» nada de mi «intimidad».
¡MEC! ¡ERROR! En los hospitales sí que hay gente compartiendo vivencias e información de su vida personal. Muchísima gente. La pregunta sería, ¿qué consideras vida personal?
Te propongo un juego, reflexiona sobre 5 personas que conozcas del trabajo. ¿Sabes si tienen hijos, si tienen pareja o incluso cómo se llama su pareja? Si la respuesta es afirmativa, eso es su «vida personal». No se trata de que sepas con qué pasta de dientes utilizan o cuál es su plato de comida preferido (aunque quizás también lo sepas), sino de esa información que tú sí sabes de ellos porque son heteros y que tú, como lesbiana o bisexual, tachas de información altamente personal e inexpugnable. Es como si el nombre de su pareja fuera información cotidiana pero el nombre de tu novia o mujer fuera información del servicio secreto de los EEUU.
No estás protegida porque no sepan que estás con mujeres, el hecho de que lo trates como si fuera un secreto o un tabú lejos de protegerte genera una vulnerabilidad en ti. Algo que no quieres que los demás «descubran» y, por lo tanto, ¡algo que los demás se morirán de ganas de descubrir! Los humanos somos así, nos encanta descubrir misterios y tú debes despertar intriga entre tus compañeros de trabajo justamente porque notarán que eres hermética y esquiva con las preguntas personales. Lejos de alejar los cotilleos, con esa actitud, muchas veces impulsada por la homofobia interiorizada de creer que hay algo inferior en ti que debe protegerse y salvaguardarse del conocimiento los demás, lo que haces es atraerlos. ¡Un cotilla se verá atraído como las moscas a tu pose misteriosa! Es más fácil ser natural que mantener esa posición de caja de los secretos.
No se trata de «exponer» sino de compartir con la gente de tu entorno laboral, y del resto de entornos, que te importa quién eres. Tu yo auténtico, y ese yo incluye tus relaciones amorosas porque forman parte de quién eres, de cómo vives, de tus emociones… Es importante que no te obsesiones en que es algo que se va difundir, sino que te centres en ser más cercana con la gente que realmente te importa. No sirve eso de «soy tímida» porque todas lo somos por entrenamiento, todas hemos aprendido a estar más para dentro que para fuera, a ocultar información, a ser estrategas para que no se nos note que miramos a otras mujeres… Ahora toca vivir un poquito más relajada y tranquila y no estar hipervigilante con todo el mundo. Si los aprecias, comparte con ellos esta parte importante de tu vida. ¡Sácate la tirita de golpe! No dejes que el miedo al «qué dirán» te haga perder autenticidad con la gente que te rodea porque no solo te verán como misteriosa sino que se decepcionarán por la falta de confianza y de naturalidad que muestras con ellos. Sentirán que no te importan, y, por lógica, tú sentirás que no les importas a ellos. El coste de no ser tú misma es la soledad que te aleja de los demás y te aísla. No dejes que eso pase.
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