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Las desastrosas consecuencias de una vida avergonzada

 

«Me da vergüenza ser lesbiana». Vivir avergonzada de una misma no es nada fácil. Es un duro peso que muchas mujeres cargan día tras día. Sienten una profunda vergüenza por ser como son, de querer a quién quieren y de disfrutar con lo que disfrutan. Las normas sociales, sobre todo las familiares, les están destrozando los nervios. Continuamente están en tensión y, probablemente, acaben desarrollando ansiedad. Una ansiedad que nace de la vergüenza y que se alimenta de los comentarios estúpidos que la gente, ignorante, hace sobre la homosexualidad y la bisexualidad, nacidos del prejuicio y el desconocimiento. Las desastrosas consecuencias de una vida avergonzada son muchas.

Es un problema grave, vamos a dejarnos de historias. No hay nada agradable en tener que esconder cómo eres. Sólo se vive una vez y no merece la pena hacerlo en medio de mentiras y verdades disfrazadas. Pero la realidad es que, si no se actúa rápido, hay un listado de consecuencias que pueden empeorar la situación:

1. Consecuencias sentimentales: Las relaciones han de funcionar de manera equilibrada. Son como una balanza, en la que cada una de las personas de la pareja han de poner lo mismo. Por eso, si tu pareja ha salido del armario y tú ocultas esa parte de ti, la relación funciona a dos velocidades, lo que terminará por crear roces, discusiones y, finalmente, una más que segura separación. Puedes leer algo más acerca de la lesbofobia interiorizada en este artículo. También escribí este acerca de la disparidad homofóbica en la pareja.

2. Consecuencias familiares: La familia se compone de aquellas personas que nos quieren de manera incondicional, hagamos lo que hagamos, y seamos como seamos. Es un vínculo que no es que sea irrompible, pero sí que es lo suficientemente resistente como para superar casi cualquier situación. Por eso, sincerarte con las personas que te conocen desde que naciste, aunque pueda resultar complicado en un primer momento, es una apuesta segura. Te quieren, y te van a querer, pase lo que pase. Pero si te notan distante, si sienten que no te abres a ellos, pueden pensar que ocurre algo en tu vida que es negativo. Y no lo es. Aquí tienes algunos consejos para salir del armario con tu familia.

3. Consecuencias sociales: El aislamiento puede ser la consecuencia más dolorosa. No compartir tu vida con gente que confía en ti, y que sí que te hace partícipe de sus vivencias puede resultar en una pérdida progresiva de la confianza de estas personas, y finalmente en la ruptura con ellas. ¿Quieres arriesgarte a perder a personas importantes en tu vida solamente por no dar un paso adelante y ser sincera sobre tus sentimientos, preocupaciones, y experiencias?. En este texto te expongo algunas herramientas para ser tú misma en entornos sociales. 

4. Consecuencias laborales: Muy relacionado con el punto anterior, no podemos pasar por alto que una parte importante de nuestro éxito laboral, así como de lo a gusto que estemos en nuestro puesto de trabajo, viene de la relación que tenemos con nuestros compañeros y compañeras. Tenemos que ser capaces de abrirnos a ellos, de contar nuestro día a día, en la misma medida que el resto de gente, heterosexuales y no, lo hacen. Y, por supuesto, nuestra felicidad y nuestro bienestar repercute directamente en nuestra capacidad de trabajo: se hace muy difícil cumplir con nuestro objetivos laborales y nuestras tareas si tenemos la cabeza en otro sitio, pendiente de ocultarnos. Actualmente, las empresas están muy concienciadas sobre la diversidad LGBT. 

Vivir con vergüenza no conduce a nada positivo. Si crees que tú sola no tienes las herramientas para poder desprenderte de este sentimiento tan negativo, yo puedo ayudarte. Escríbeme a info@palcaide.com, y comentaremos tu situación sin compromiso.

Paula Alcaide
info@palcaide.com

Soy Paula Alcaide, psicóloga especializada en atender a mujeres lesbianas y bisexuales que buscan convertir en una fortaleza su orientación sexual y disfrutar libremente de sus relaciones con otras mujeres sin miedos, ansiedad, vergüenza o culpa.

2 Comments
  • Maria
    Posted at 02:11h, 15 enero Responder

    Hola Paula!
    Dentro de estas consecuencias hay varias que dejan marca, como el sentir que saliste tarde del closet.
    En mi caso soy una mujer adulta que tuvo su primera relación de pareja con una mujer a los 22 años, y luego de varios años terminó.
    Actualmente estoy en una nueva relación hace ya un año, solo tuve experiencias sexuales con dos mujeres y estoy comprometida con mi actual novia.
    Mi pregunta, ¿es normal querer tener otras experiencias de sexo con distintas mujeres, antes de pasar el resto de mi vida con una?
    Amo a mi prometida y soy muy feliz, pero siento que en algún momento de mi juventud debí experimentar más y ahora es tarde.

     
    • Paula Alcaide
      Posted at 09:43h, 15 enero Responder

      Es normal en la medida que sientes que te quedan experiencias por vivir. Sin embargo, a veces la idea de qué deberíamos vivir no se corresponde con la vida que en fondo deseamos tener o no es compatible con una relación monógama. A veces no tiene que ver con que no quieras a tu pareja, sino con la idea de que una relación estable monógama en tu caso pueda ser limitante. Háblalo con ella. Un saludo,

       

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